(Queste poesie di Luis Cernuda, poeta di origine andalusa, considerato una delle firme più nitide della Generazione del ʼ27, proposte da Carlos Vitale, sono tradotte dallo spagnolo da Adriana Caterino)
* * *
Quisiera estar solo en el sur
Quizá mis lentos ojos no verán más el sur
de ligeros paisajes dormidos en el aire,
con cuerpos a la sombra de ramas como flores
o huyendo en un galope de caballos furiosos.
El sur es un desierto que llora mientras canta,
y esa voz no se extingue como pájaro muerto;
hacia el mar encamina sus deseos amargos
abriendo un eco débil que vive lentamente.
En el sur tan distante quiero estar confundido.
La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta;
su niebla misma ríe, risa blanca en el viento.
Su oscuridad, su luz son bellezas iguales.
Da solo vorrei essere al sud
Forse mai più il mio lento sguardo sfiorerà il sud
dagli esigui paesaggi dormenti nell’aria,
dai corpi ombreggiati da rami che son fiori
o mossi dal galoppo di cavalli furiosi.
Il sud è un deserto che piange mentre canta,
e la sua voce non si estingue attraverso la morte di un passero;
aspri i suoi desideri che sino al mare reca
valicando un debole eco che resiste lentamente.
Nel lontano sud voglio confondermi.
Lì dove la pioggia è lo sboccio di una semiaperta rosa;
Anche la nebbia sorride, candido sorriso nel vento.
L’oscurità, la sua luce sono medesime bellezze.
(testo selezionato dalla raccolta Un fiume, un amore, 1929)
*
Donde habite el olvido
Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.
Dove regna l’oblio…
Dove regna l’oblio….
Dove regna l’oblio,
Nei vasti giardini privi d’aurora;
Dove io sono solo
Ricordo di una pietra sepolta tra le ortiche
Dove il vento scappa dalla sua insonnia.
Dove il mio nome lascia
Al corpo che si definisca tra le braccia dei secoli,
Dove non esiste il desiderio.
In questa ampia regione dove l’amore, angelo terribile,
non celi come metallo
Sul mio petto la sua ala,
Sorridendo pieno di aurea grazia mentre cresce il tormento.
Lì dove finisce la ricerca che esige un oste a sua immagine,
Sottomettendo la sua vita ad un’altra,
senza alcun orizzonte escluso quello degli occhi dentro gli occhi.
Dove le pene e i siffatti solo son nomi,
Cielo e terra nativi cornici di un ricordo;
Dove inconsapevolmente mi sento libero,
Dissolto in neve, assenza.
Lì, lì lontano;
Dove regna l’oblio.
(testo selezionato dalla raccolta Un fiume, un amore, 1929)
*
Los espinos
Verdor nuevo los espinos
tienen ya por la colina,
toda de púrpura y nieve
en el aire estremecida.
Cuántos cielos florecidos
les has visto; aunque a la cita
ellos serán siempre fieles,
tú no lo serás un día.
Antes que la sombra caiga,
aprende cómo es la dicha
ante los espinos blancos
y rojos en flor. Vé. Mira.
Spine
Di un verde nuovo le spine
si tingono lungo la collina,
ricca di porpora e neve
nella trepidante aria.
Quanti i cieli fioriti
li ho visti; nonostante all’appuntamento
saranno sempre fedeli,
tu non lo sarai mai.
Prima che scenda l’ombra,
Scopri la beatitudine
Dinnanzi alle bianche spine
e rosse in fiore. Vai. Guarda.
(tratto da Come chi aspetta l’alba 1941-1944)
*
Remordimiento en traje de noche
Un hombre gris avanza por la calle de niebla;
No lo sospecha nadie. Es un cuerpo vacío;
Vacío como pampa, como mar, como viento,
Desiertos tan amargos bajo un cielo implacable.
Es el tiempo pasado, y sus alas ahora
Entre la sombra encuentran una pálida fuerza;
Es el remordimiento, que, de noche, dudando;
En secreto aproxima su sombra descuidada.
No estrechéis esa mano. La yedra altivamente
Ascenderá cubriendo los troncos del invierno.
Invisible en la calma el hombre gris camina.
¿No sentís a los muertos? Mas la tierra está sorda.
Pentimento in abito da sera
Un oscuro uomo si muove sulla strada di nebbia;
Nessuno sospetta. È un corpo vuoto;
Vuoto come steppa, come mare, come
vento,
Deserti così amari sotto un cielo continuo.
È un tempo lontano, e ora le sue ali
Scorgono nell’ombra una pallida
forza;
È il pentimento, che di notte,
vacilla;
Segretamente accosta la sua anima noncurante.
Non stringete questa mano. L’edera
Scenderà ricoprendo i tronchi d’inverno.
Invisibile l’oscuro uomo si muove.
Non udite il passo dei morti? Ormai la terra è sorda.
(testo selezionato da La realtà e il desiderio, 1924-1962)
*
Contigo
¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
Con te
La mia terra?
La mia terra sei tu.
La mia gente?
La mia gente sei tu.
L’esilio e la morte
risiedono per me dove
non esisti tu.
E la mia vita?
Dimmi, vita mia,
cos’è, se non te?
*
Peregrino
¿Volver? Vuelva el que tenga,
tras largos años, tras un largo viaje,
cansancio del camino y la codicia
de su tierra, su casa, sus amigos,
del amor que al regreso fiel le espere.
Mas ¿tú? ¿volver? Regresar no piensas,
sino seguir libre adelante,
disponible por siempre, mozo o viejo,
sin hijo que te busque, como a Ulises,
sin Itaca que aguarde y sin Penélope.
Sigue, sigue adelante y no regreses,
fiel hasta el fin del camino y tu vida,
no eches de menos un destino más fácil,
tus pies sobre la tierra antes no hollada,
tus ojos frente a lo antes nunca visto.
Pellegrino
Tornare? Che a tornare sia colui che abbia,
dopo lunghi anni, dopo un lungo viaggio,
l’indebolimento del sentiero e l’avidità
della sua terra, della sua casa, dei suoi amici,
dell’amore che fedele al suo ritorno lo attende.
Ma tu? Tornare? Non vuoi tornare
ma andare avanti libero,
per sempre vacante, giovane o anziano,
senza alcun figlio in attesa, come Ulisse
privo della sua Itaca e Penelope ad attenderlo.
Vai, prosegui senza voltarti,
fedele fino all’epilogo del cammino e della tua vita,
non avere nostalgia di un sentiero agevole,
le tue orme sulla terra sin ad allora non calpestata,
le tue pupille dinnanzi all’ignoto.
*
Sombras blancas
Sombras frágiles, blancas, dormidas en la playa,
dormidas en su amor, en su flor de universo,
el ardiente color de la vida ignorando
sobre un lecho de arena y de azar abolido.
Libremente los besos desde sus labios caen
en el mar indomable como perlas inútiles;
perlas grises o acaso cenicientas estrellas
ascendiendo hacia el cielo con luz desvanecida.
Bajo la noche el mundo silencioso naufraga;
bajo la noche rostros fijos, muertos, se pierden.
Sólo esas sombras blancas, oh blancas, sí, tan blancas.
La luz también da sombras, pero sombras azules.
Candide ombre
Fragili ombre, candide, assopite sulla spiaggia,
assopite nel proprio amore, nel proprio fiore dell’universo,
ignorando l’ardente colore della vita
su un fondale sabbioso e d’abolita sorte.
Lentamente scendono i baci dalle sue labbra
giù verso il mare indomabile come inutili perle,
marmoree perle o forse cineree stelle
che ambiscono al cielo con affievolita luce.
Naufraga il mondo silenzioso di notte;
volti fermi, morti si perdono di notte.
Solo queste bianche onde, oh bianche, così bianche.
Anche la luce dà ombra, un’ombra celeste.
*
Yo fui…
Yo fui.
Columna ardiente, luna de primavera.
Mar dorado, ojos grandes.
Busqué lo que pensaba;
pensé, como al amanecer en sueño lánguido,
lo que pinta el deseo en días adolescentes.
Canté, subí,
fui luz un día
arrastrado en la llama.
Como un golpe de viento
que deshace la sombra,
caí en lo negro,
en el mundo insaciable.
He sido.
Fui…
Fui.
Ardente colonna, luna primaverile.
Mare dorato, grandi occhi.
Cercai i miei pensieri;
pensai, come al tramonto di un languido sogno,
quel che dipinge il desiderio nei giorni adolescenti.
Cantai, salii,
fui luce un giorno
trascinato nella fiamma.
Come un colpo di vento
che l’ombra scompiglia,
caddi nell’oscuro,
nell’instancabile mondo.
Ho vissuto.
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